Es del dominio público el hecho de que la adolescencia es una etapa de la vida que suele ser convulsa debido a los grandes cambios mentales y corporales que se suceden constantemente. Es una época en la que el/la niño/a entra poco a poco en el mundo adulto, observando los conflictos que esto le puede reportar y desligándolo de la época tranquila y cómoda de la infancia.
La desorientación, el miedo, la tristeza, la rebelión, la provocación, la pasividad y la hiperactividad son algunos de los conceptos más utilizados en estas edades por parte de la sociedad, los padres y los propios adolescentes. Es complicado comprender a un adolescente, ya que sufren muchos cambios y les afecta demasiado las cosas que llega en el día a día. Los psicólogos para adolescentes afirman que es una etapa difícil tanto para el adolescente que está experimentando cambios como para los adultos que componen su entorno.
Consideramos que, después de la infancia, la adolescencia es la edad más delicada e importante, ya que es el momento evolutivo en el que se instauran y consolidan los rasgos de personalidad y tendencias comportamentales,.estrategias de afrontamiento de los problemas, etc.
Por tanto, es clave trabajar en la consolidación o rectificación de estrategias de afrontamiento y habilidades vitales, así como consolidar creencias y valores, ayudar al muchacho/a a rodearse de un buen entorno y a consolidar una autoestima fuerte.
Por lo general la actitud de estos jóvenes suele impedir que se pueda dialogar con ellos para indagar y saber que les sucede. Cualquier dificultad o trastorno trabajado en esta etapa puede evitar la cronificación o repetición en la edad adulta.
Existen dos tipos de problemas psicológicos que afectan en la adolescencia
– Las emociones y el comportamiento: la crisis de la adolescencia, le época rebelde. El adolescente se empieza a conocer a sí mismo. algunos caen en el alcohol y en las drogas.
– El aprendizaje: dificultad para prestar atención en clase. En algunos casos suele estar relacionado con la hiperactividad.
Muchos adolescentes sufren de ansiedad, el nerviosismo es bastante común en ellos, pero nunca debe sobrepasar unos límites para que no se convierta en algo negativo.
Un alto nivel de ansiedad lleva al adolescente a sentirte inseguro, en buscar siempre la aprobación de los demás, porque sino se sentirán fracasados. También en existe el estrés adolescente, muchas personas toleran el estrés mejor que otras.
Pero en los adolescentes ese estrés se mezcla con ansiedad y con depresión.
Algunos factores que les lleva a situaciones de estrés son, no integrarse en el instituto, no tener amigos, haber acabado un noviazgo. Los síntomas de que hay estrés son, cansancio, fumar o beber en exceso, actitud depresiva, nerviosismo entre otras.
Durante la adolescencia hay muchos jóvenes que para evadirse de sus problemas se vuelven agresivos. Porque están buscando una identidad que no terminan de encontrar y eso hace que terminen siendo agresivos con las personas que les rodean. A este trastorno se le suma la depresión adolescente, se encuentran en un momento de su vida en el que no saben hacia donde ir. Esto conlleva a pérdida de interés, el cansancio, la pérdida o aumento de peso e incluso pensamientos de suicidio.
En psicología el papel más importante en estos casos lo tiene la familia. Debe haber comprensión y mucha paciencia, pero tampoco hay que permitir faltas de respeto por el hecho de que esté pasando una mala etapa de su vida.Su hijo adolescente debe comportarse como es debido respetando a los demás.Pero siempre buscar las soluciones juntos.
El objetivo de las intervenciones a adolescentes, es ayudarles a recuperar su bienestar tanto interno como externo, ayudarlo a que intente solucionar sus problemas con la ayuda de su familia, que le estará apoyando en todo momento.